miércoles, 4 de septiembre de 2013

CADÁVER EXQUISITO: EDICIÓN CIENCIA FICCIÓN

El ruido de la maquinaria era muy fácil de percibir, sin embargo, nadie esperaba la presencia del doctor, controlando todo el procedimiento desde lo mas alto. Quien sonriendo pensaba, El futuro empieza hoy
¿que futuro? el nuestro empezó hace bastantes años ya, no recuerdo un pasado que no sea futuro... un pasado sin estos robots que cocinan tan rico, un pasado en ese planeta raro que llamaban tierra... el futuro llego hace rato, como dijo el Indio Cúmanda aquel artefacto que había fabricado para su amada. Más tarde alguien le pondría el nombre de celular.
Desesperado, camino sin rumbo. El robot o lo que quedaba de esa maquina aun lo seguí. Entro a la caseta telefónica sin saber que llegaría al año 1890.
El problema es que no podría viajar solo, voy a desempolvar mi antiguo droide, el me ayudo a pasar mis antiguos caminos temporales sano y salvo, prepararé mi antigua armadura y mi láser.
Ya con todo lo necesario, puse manos a la obra. Lo primero fue llamar a mi fiel compañero Trípode, un robot ayudante de categoría Alfa 2. Estos robots tienen la cualidad de adaptar cualquier forma. —Trípode, tenemos trabajo. La Tierra nos necesita. —¿Otra vez? ¿No la salvamos la semana pasada? Siempre metiéndose en quilombos la boluda esta… —Para eso estamos nosotros: para salvarla. —Sí, vale. Pero podría dejarse de meterse en problemas por lo menos un tiempito. La otra vez la salvamos del impacto del cometa. Mirá que hay espacio en el universo, y va la boluda y se mete en la trayectoria del cometa. —Trípode, nuestro trabajo es protegerla cueste lo que cueste. —Eso es otra cosa: nunca cobramos, hermano. El cheque anterior no tenía fondos. Así no se puede.
Volvió a revisar el cableado, algo tenía que estar mal porque la máquina seguía negándose a trabajar apropiadamente, y sin el láser en buen funcionamiento ninguna conquista intergaláctica podía llevarse a cabo con éxito.
Ya con una cosa menos en la cabeza llamó a JK09, su robot domestico, y le ordeno traer su ebook-chip de "El Fugitivo de Stephen King" para transferirlo a su memoria
La vida extrarrestre vendría de las estrellas
axl descifro a medias lo que dijo la alienígena entonces dijo asi de repente "y mas o menos viste vos che"
Nada es eterno, acuérdate que la vida es como un carrusel
Un carrusel de los antiguos, no lo podía creer, no lo manejaba ningún robot, sino q tenía un motor mecánico, si mecánico, como hacía cientos de años q no se veían... y había un hombre, humano, con piel y músculos y todo eso (no era un ciberhumano, era real) que lo manejaba.... los niños, tanto los humanos (que ya quedaban pocos, se estaba extinguiendo esa raza) y los ciberhumanos se subían al carrusel y disfrutaban unas cuantas vueltas, solo eso, no tenía nada de robótico ni automático, era simplemente volver al pasado..
lo tenía prohibido mientras fuera estudiante, solamente con un instructor podría viajar en el tiempo, pero de esa forma no podría hacer nada de lo que quería, que suerte tenía su hermano que ya estaba graduado y tenía una TARDIS para el solito, pero a él le faltaban todavía como 200 años
paso mucho tiempo antes de encontrar la pieza que le faltaba para reparar su robot, se sentía incompleto y creía que esto era lo único que le faltaba para ser feliz, le parecía que su ultimo viaje sin su inseparable amigo, había sido eterno, como miles de años.... nuevamente volvería a retomar su venganza.... una sangrienta venganza que no olvidarían en una eternidad
Pero las posibilidades eran casi infinitas. Había decidido programar el temporizador de la cámara de criogenia en modo aleatorio, de tal modo que bien podría despertar en un mundo acuático, sin tierra firme, donde los mamíferos habrían evolucionado hasta formas de vida simbióticas del tamaño de portaaviones, o quizá en el extremo completamente opuesto, en un mundo desértico donde el agua fuese el bien más preciado, como ese tal Dune del que había oído hablar en uno de sus viajes intergalácticos... O, por qué no, el planeta simplemente podría volar en billones de partículas en un futuro no muy lejano... Las posibilidades, en efecto, eran casi infinitas... Pero no tenía otra salida.
Susurró en su oído las palabras «Te amo» —ella dormía profundamente— y retrocedió de espaldas mirándola embelesado; el portal luminoso lo engulló por completo e inició el viaje en el tiempo más triste de su vida.

"Y donde sea se encontrase en ese momento, el simplemente sabría que tenia que comprar fernet.

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